La magia de la red de redes

Desde hace algunas décadas el crecimiento que ha tenido Internet ha sido realmente brutal. Hoy nos podemos encontrar con Internet y tecnología dependiente de esta gran red de comunicaciones en prácticamente todo lo que nos rodea, incluso hasta en cosas que no nos imaginábamos que podrían estar conectadas a un ordenador. Es lo que se ha venido a denominar como “el Internet de las cosas”.

Hoy no es extraño entrar en casa, apagar la alarma mediante el teléfono móvil con una clave de acceso, abrir el frigorífico y sacar los alimentos que nos indica la pantalla que hay en la puerta para preparar una de las recetas que nos recomienda el recetario en línea al que está conectada la nevera, que cuando hace falta se conecta para hacer la compra de las cosas que se van acabando, mirar al reloj de la cocina, que también se ajusta mediante una conexión a Internet, y salir de esta sin apenas darnos cuenta de que hemos utilizado Internet para un montón de cosas para las que no se imaginaba nadie que podría utilizarse.

Entramos en el salón y encendemos el televisor, pero ya no nos conformamos con la televisión de antaño, y este también se conecta a la red para ofrecernos una programación personalizada según nuestras preferencias. Mientras, vamos consultando nuestros mensajes en redes sociales en la pantalla de nuestro teléfono móvil. Todo hoy en día está conectado, como vemos, incluso en los aspectos más cotidianos de nuestra vida.